Boquillas para fungicidas y pesticidas para drones

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🛡️ Boquillas para la aplicación de fungicidas y pesticidas

Suministro preciso de ingredientes activos para una máxima protección de los cultivos

Los productos fitosanitarios representan una inversión operativa considerable. Una mejora del 10 % en la eficiencia de aplicación se traduce directamente en un mayor retorno de la inversión. La boquilla es el elemento clave entre el producto químico y el objetivo, ya que determina el tamaño de las gotas, la uniformidad de la deposición, la retención del ingrediente activo y, en última instancia, la eficacia biológica. NozzlePro ofrece boquillas de ingeniería de precisión optimizadas específicamente para el éxito en la aplicación de fungicidas y plaguicidas.

Por qué la selección de la boquilla determina la eficacia química

Los fungicidas y plaguicidas actúan mediante mecanismos biológicos específicos. Los fungicidas sistémicos penetran en el tejido foliar y se translocan por toda la planta. Los fungicidas de contacto requieren cubrir completamente la superficie de la hoja. Los insecticidas tienen requisitos de tamaño de gota diferentes a los de los fungicidas. Los acaricidas suelen necesitar una cobertura aún más fina para eliminar plagas ocultas en el envés de las hojas. La composición química de cada ingrediente activo exige una precisión de aplicación diferente.

Las boquillas estándar, de "talla única", comprometen la eficacia en diversas aplicaciones. Una boquilla optimizada para la cobertura de fungicidas puede no ser óptima para la penetración de insecticidas. Una boquilla que produce gotas finas para la cobertura por contacto puede generar una deriva excesiva. La selección precisa de la boquilla alinea el patrón de pulverización, el tamaño de las gotas y la densidad de cobertura con el modo de acción específico del ingrediente activo.

Las boquillas para fungicidas y pesticidas de NozzlePro están diseñadas específicamente para la química de protección de cultivos. Adaptamos las características de las gotas a los requisitos de los ingredientes activos, garantizando una deposición máxima, una penetración óptima y resultados superiores en el control biológico.

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Depósito del ingrediente activo

El tamaño y la distribución optimizados de las gotas garantizan que la máxima cantidad de ingrediente activo llegue a las superficies y tejidos objetivo, mejorando la eficacia por unidad de producto químico aplicado.

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Uniformidad de cobertura

Los patrones de pulverización uniformes evitan la deposición irregular que crea refugios para enfermedades/plagas y fomenta el desarrollo de resistencia.

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Cumplimiento normativo

Las etiquetas de la EPA especifican los parámetros de cobertura y deriva. Nuestras boquillas le ayudan a cumplir con los requisitos normativos a la vez que optimizan la eficacia.

🍃 Principios de aplicación de fungicidas

El éxito de la aplicación de fungicidas depende de comprender cómo funcionan las diferentes clases de fungicidas y qué patrones de pulverización optimizan su eficacia.

Los tres modos de aplicación de fungicidas: Requisitos de aplicación

1. Fungicidas de contacto (azufre, cobre, cobre fijo)

Cómo funcionan: Estos fungicidas protegen la superficie de las hojas mediante contacto físico o químico. No penetran en el tejido vegetal ni se desplazan internamente. La protección solo es efectiva donde se deposita el fungicida.

Requisito de aplicación: Es FUNDAMENTAL cubrir toda la superficie de la hoja. Las zonas sin tratar se convierten en refugios para enfermedades. El envés de las hojas sin pulverizar permite la colonización por hongos.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano con ángulos de 90–110° para una cobertura amplia y uniforme. Tamaño de gota de 100–150 μm para una deposición uniforme sobre las hojas. Los patrones de niebla fina maximizan la densidad de cobertura en las delicadas estructuras foliares.

Estrategia de aplicación: Cubra completamente la zona de riesgo de la enfermedad antes de que esta alcance su punto máximo. Repita las aplicaciones para mantener la protección a medida que el nuevo crecimiento se intensifica. No espere a que aparezcan los síntomas; los fungicidas de contacto son preventivos, no curativos.

2. Fungicidas sistémicos (triazoles, estrobilurinas, benzimidazoles)

Cómo funcionan: Los fungicidas sistémicos penetran en el tejido foliar y se transportan a través del sistema vascular de la planta. Actúan internamente, protegiendo el tejido donde el hongo intenta establecerse.

Requisito de aplicación: La cobertura completa es importante, pero no tan crítica como con los fungicidas de contacto. Los sistémicos brindan cierta protección por translocación, incluso con aplicaciones a una sola hoja. Sin embargo, la cobertura completa garantiza la máxima protección interna.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano con ángulos de 110–120° para una cobertura uniforme, aunque ligeramente más amplia. El tamaño de gota de 150–200 μm equilibra la penetración foliar con la reducción de la deriva. Los rangos de presión más bajos (40–60 PSI) favorecen la penetración foliar sobre la cobertura superficial.

Estrategia de aplicación: El momento de la aplicación es crucial para la prevención de la enfermedad. Aplicar cuando la incidencia de la enfermedad sea máxima o las condiciones climáticas favorezcan la infección (después de la lluvia, alta humedad). Los medicamentos sistémicos tienen actividad residual; su correcta aplicación prolonga el periodo de protección.

3. Fungicidas biológicos (Bacillus, Trichoderma, Streptomyces)

Cómo funcionan: Los fungicidas biológicos actúan mediante exclusión competitiva (ocupando nichos donde se establecerían los patógenos) o parasitismo. Requieren organismos vivos que se establezcan en la superficie de las plantas.

Requisito de depósito: Cobertura amplia en tejidos vulnerables. Los organismos biológicos necesitan tiempo para establecerse antes de que se produzca la infección; la prevención es esencial.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano estándar con ángulos de 110° para una amplia cobertura. Presión baja (30–50 PSI) para evitar dañar las células de los organismos vivos. Tamaño de gota de 120–180 μm para maximizar la cobertura de la superficie sin dañar las esporas.

Estrategia de aplicación: Aplicar cuando las condiciones favorezcan el establecimiento del organismo biológico (humedad moderada, sin calor extremo). Aplicar antes que con fungicidas químicos, ya que los organismos biológicos necesitan tiempo para establecerse antes de que se produzca la infección.

Principio clave: Ajustar la boquilla al modo fungicida

Los fungicidas de contacto requieren una cobertura máxima; utilice abanicos planos y finos. Los sistémicos se benefician de la penetración foliar; utilice ángulos de pulverización más amplios. Los biológicos requieren la preservación de las células vivas; utilice presiones más bajas y ángulos más amplios. El modo de acción del fungicida debe determinar la elección de la boquilla.

🐛 Fundamentos de la aplicación de pesticidas

Los insecticidas y acaricidas tienen requisitos de deposición distintos a los de los fungicidas. La mayoría de las plagas se alimentan o se esconden en el envés de las hojas, donde la penetración es difícil. Muchos plaguicidas actúan por ingestión, lo que requiere cubrir completamente las superficies de alimentación. Algunos actúan por contacto, lo que requiere patrones de gotas diferentes a los de los fungicidas.

Los cuatro modos de aplicación de plaguicidas: Requisitos de aplicación

1. Plaguicidas de contacto (desecantes, la mayoría de los aerosoles)

Cómo funcionan: Los plaguicidas de contacto matan por contacto directo. Actúan mediante toxicidad dérmica o desecación física. No es necesaria la ingestión: el contacto directo con la plaga provoca su muerte.

Requisitos de aplicación: Aplicar directamente sobre la plaga o su hábitat. Dado que muchos insectos se esconden en el envés de las hojas y en grietas estrechas, el producto debe penetrar en las complejas estructuras del dosel.

Patrón de pulverización óptimo: Abanicos planos finos o conos huecos con ángulos de 80–90° para lograr una penetración profunda en las grietas del dosel y el envés de las hojas. Tamaño de gota de 80–130 μm para una máxima densidad de cobertura. Mayor presión (60–100 PSI) para una velocidad de pulverización adecuada que permita alcanzar los insectos ocultos.

Estrategia de aplicación: El momento de aplicación es crucial; rocíe cuando la actividad de la plaga sea mayor. Las aplicaciones matutinas, antes del calor y el viento, maximizan la retención de la cobertura. Aplique el producto en el envés de las hojas y en el interior del follaje, especialmente donde se congregan los insectos.

2. Plaguicidas por ingestión (insecticidas masticables)

Cómo funcionan: Los plaguicidas de ingestión son consumidos por la plaga al alimentarse. Actúan internamente a través del sistema digestivo. El momento de aplicación depende del comportamiento alimentario de la plaga.

Requisito de aplicación: Cobertura total de las hojas (superficies superior e inferior) donde se alimentan los insectos masticadores. Los insectos se desplazan entre las hojas; una cobertura completa les impide encontrar refugios sin tratar.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano con ángulos de pulverización de 110° para una amplia cobertura. Tamaño de gota de 100 a 150 μm para una deposición uniforme en las superficies de alimentación. Presión moderada (de 40 a 70 PSI) para una formación óptima de gotas sin generar una deriva excesiva.

Estrategia de aplicación: Aplicar cuando la población de plagas sea mayor y su actividad alimentaria esté en su punto máximo. La cobertura debe ser completa antes de los periodos de mayor consumo para prevenir daños. Pueden ser necesarias varias aplicaciones para una cobertura completa de ambas caras de la hoja.

3. Plaguicidas sistémicos (absorbidos por la planta)

Cómo funcionan: Los plaguicidas sistémicos son absorbidos por los tejidos vegetales y se transportan a través del sistema vascular. Las plagas que se alimentan del tejido tratado ingieren el plaguicida, que actúa internamente.

Requisitos de aplicación: Cobertura amplia de los tejidos vegetales donde se produce la absorción (hojas, tallos e incluso raíces con aplicación al suelo). Una cobertura completa garantiza que los sistémicos lleguen a todas las partes de la planta donde se alimentan las plagas.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano con ángulos de 110–120° para una cobertura completa. Tamaño de gota de 120–180 μm para optimizar la absorción foliar. Una presión menor (40–60 PSI) puede mejorar la absorción al permitir una mayor retención de las gotas en las hojas.

Estrategia de aplicación: Aplicar varios días antes del pico de actividad de la plaga, si es posible; los productos sistémicos requieren tiempo de absorción y translocación. El riego posterior a la aplicación mejora la absorción radicular del producto sistémico, cuando corresponda. Las aplicaciones repetidas mantienen la protección a medida que brota el nuevo crecimiento.

4. Plaguicidas translaminares (tejido foliar transversal)

Cómo funcionan: Los plaguicidas translaminares penetran el tejido foliar y lo atraviesan de un lado a otro. Protegen tanto la superficie de las hojas como a los insectos que se alimentan en el envés.

Requisito de deposición: La cobertura de la superficie superior de las hojas favorece la acción translaminar. Basta con que penetre en la superficie superior de la hoja; el plaguicida se absorbe internamente en el envés.

Patrón de pulverización óptimo: Boquillas de abanico plano con ángulos de 90–110° enfocadas en la superficie superior de las hojas. Tamaño de gota de 100–150 μm para una penetración superficial y absorción foliar efectivas. Presión moderada (50–80 PSI) para una buena formación de gotas y contacto con las hojas sin deriva excesiva.

Estrategia de aplicación: Es más importante cubrir completamente el haz de las hojas que el envés (ya que la acción translaminar cubre el envés). Aplicar durante los periodos de mayor actividad de las plagas maximiza su eficacia. La acción translaminar brinda protección incluso contra plagas bien escondidas.

Principio clave: Adaptar la boquilla al hábito de la plaga y al modo de aplicación del pesticida.

Los plaguicidas de contacto requieren una penetración profunda en el follaje; elija boquillas cónicas huecas o de abanico plano con ángulo estrecho. Los plaguicidas de ingestión requieren una cobertura completa de ambos lados; elija boquillas de abanico plano con múltiples pasadas. Los plaguicidas sistémicos requieren la absorción por parte de la planta; elija presiones más bajas y ángulos más amplios. El modo de acción del plaguicida y la ubicación de la plaga objetivo deben determinar la selección de la boquilla.

Guía completa de selección de boquillas para fungicidas y pesticidas

Especificaciones detalladas para la selección de boquillas optimizadas para productos químicos y aplicaciones específicas de protección de cultivos.

Tipo de aplicación Clase de fungicidas/pesticidas Boquilla recomendada Tamaño de la gota Ángulo de pulverización Rango de presión Estrategia óptima
Fungicida sistémico Triazoles, estrobilurinas Ventilador plano 150–200 μm 110° 40–60 PSI PENETRACIÓN DE LA HOJA
Fungicida de contacto azufre, cobre Ventilador plano fino 100–150 μm 90° 50–80 PSI COBERTURA MÁXIMA
Fungicida biológico Bacillus, Trichoderma Ventilador plano estándar 120–180 μm 110° 30–50 PSI BAJA PRESIÓN (PROTECCIÓN DE LA CÉLULA)
Insecticida masticable Piretroides, organofosforados Ventilador plano 100–150 μm 110° 40–70 PSI Cobertura completa de hojas a dos caras
Insecticida de contacto Desecantes, aceites hortícolas Ventilador plano fino 80–130 μm 90° 60–100 PSI ALTA PENETRACIÓN
Insecticida sistémico Neonicotinoides, imidacloprid Ventilador plano 120–180 μm 110–120° 40–60 PSI Cobertura amplia, absorción de las plantas
Pesticida translaminar Spinosad, abamectina Ventilador plano 100–150 μm 90–110° 50–80 PSI Enfoque de la hoja superior, cruce natural
Acaricida Azufre, aceites hortícolas Abanico plano fino / Cono hueco 90–140 μm 90–110° 50–90 PSI COBERTURA DE LA PARTE INFERIOR
Pesticida biológico Beauveria, Metarhizium Ventilador plano estándar 100–150 μm 110° 30–50 PSI BAJA PRESIÓN (PROTECCIÓN DEL ORGANISMO)

Comprensión del tamaño de las gotas y la eficacia química

El tamaño de las gotas es quizás la variable más importante de la boquilla que afecta la eficacia de los pesticidas y fungicidas. Los diferentes tamaños de gotas optimizan distintos objetivos de aplicación.

Gotitas finas (80–120 μm)

Características de la cobertura:

  • Densidad de cobertura máxima en las superficies de las hojas
  • Excelente para detectar plagas ocultas y partes inferiores.
  • Superior para fungicidas y pesticidas de contacto.
  • Mayor potencial de deriva con cualquier viento.
  • Se necesita un menor volumen de pulverización por hectárea.

Ideal para: Fungicidas de contacto, insecticidas de contacto, acaricidas, situaciones donde la deriva no es un problema o donde la cobertura precisa y densa es fundamental.

Gotitas medianas (150–200 μm)

Características de la cobertura:

  • Buen equilibrio entre cobertura y reducción de la deriva
  • Eficaz para la absorción sistémica de fungicidas
  • Menor riesgo de deriva frente a gotas finas
  • Densidad de cobertura moderada
  • Tamaño de gota "universal" estándar para la mayoría de las aplicaciones

Ideal para: Fungicidas sistémicos, aplicaciones mixtas de fungicidas/pesticidas, operaciones de uso general con preocupaciones moderadas de deriva.

Gotas grandes (250–350 μm)

Características de la cobertura:

  • Riesgo mínimo de deriva (reducción del 50-75% frente a la multa)
  • Un movimiento más lento permite una mejor colocación del objetivo.
  • Densidad de cobertura de pulverización reducida
  • Menores requisitos de volumen total de pulverización
  • Menos adecuado para aplicaciones de contacto que requieren densidad

Ideal para: Situaciones sensibles a la deriva, aplicaciones de inducción de aire, operaciones en grandes extensiones de terreno donde la eficiencia importa más que la densidad de cobertura máxima.

Punto crítico: Las etiquetas de los pesticidas a menudo especifican el tamaño de las gotas.

Muchas etiquetas de fungicidas y pesticidas recomiendan rangos específicos de tamaño de gota para una eficacia óptima. Consulte siempre la etiqueta antes de seleccionar las boquillas. Si la etiqueta recomienda gotas de 100–150 μm para su fungicida, elegir una boquilla que produzca gotas de 200 μm reduce la eficacia. La selección de la boquilla debe seguir primero las recomendaciones de la etiqueta y, posteriormente, optimizar dentro de esas especificaciones.

Mejores prácticas para la máxima eficacia química

1. Haga coincidir la boquilla con el modo de ingrediente activo Siga esta jerarquía: (1) Recomendaciones de la etiqueta del plaguicida/fungicida sobre el tamaño de gota. (2) Requisitos del modo de acción del fungicida o plaguicida. (3) Sus requisitos operativos (deriva, eficiencia, capacidad de la plataforma). Nunca permita que la conveniencia operativa prevalezca sobre la eficacia química.
2. Controle los patrones de pulverización regularmente. Compruebe mensualmente el patrón de pulverización de las boquillas sobre papel blanco o plástico. Un patrón irregular indica desgaste del orificio y requiere la sustitución de la boquilla. Un patrón de pulverización deficiente reduce la eficacia más rápidamente que casi cualquier otro factor. Incorpore la inspección visual a su rutina de mantenimiento.
3. Optimizar la velocidad de vuelo para lograr una cobertura uniforme. Las velocidades de vuelo más lentas de los drones mejoran la uniformidad de la cobertura. Los drones agrícolas típicos logran una buena cobertura a 8-13 km/h. Un vuelo demasiado rápido (superior a 19 km/h) crea patrones irregulares y zonas sin cubrir. Para aplicaciones de precisión con cultivos de alto valor, reduzca la velocidad. El tiempo de vuelo adicional mejora la eficacia.
4. Considere cuidadosamente los aditivos para tanques. Los coadyuvantes (tensioactivos, penetrantes, adherentes) mejoran la adhesión y absorción del ingrediente activo. Sin embargo, pueden alterar las características del patrón de pulverización. Consulte la compatibilidad de los aditivos con el material de la boquilla y la etiqueta del plaguicida. Algunas combinaciones mejoran la eficacia; otras pueden reducirla.
5. Aplicaciones temporales en condiciones óptimas Aplique fungicidas durante los picos de incidencia de la enfermedad. Aplique insecticidas de contacto cuando las poblaciones de plagas sean más altas y los insectos estén alimentándose activamente. Aplique insecticidas sistémicos cuando las condiciones favorezcan la absorción por la planta y la actividad de los insectos. El momento de la aplicación es tan importante como la calidad del producto.
6. Utilice múltiples pasadas para aplicaciones críticas. Durante los periodos de mayor incidencia de enfermedades o plagas, se justifica la aplicación de múltiples pasadas de pulverización para lograr una cobertura completa de ambas caras de las hojas. Las aplicaciones de una sola pasada pueden no alcanzar el envés de las hojas o las zonas internas del follaje. Los sistemas de múltiples pasadas garantizan una cobertura completa para una máxima eficacia.
7. Mantenga una presión de pulverización constante. Utilice las boquillas a su presión óptima (normalmente la media). Una presión demasiado baja produce gotas irregulares. Una presión demasiado alta genera una niebla fina excesiva y deriva. Mantenga la presión objetivo durante toda la aplicación para un rendimiento uniforme.
8. Utilice agua limpia y filtrada Las partículas y los depósitos minerales dañan los orificios de las boquillas y reducen la calidad del patrón de pulverización. Utilice filtros de malla 100 o más finos. En zonas de agua dura, utilice agua filtrada o tratada. El agua limpia influye directamente en la durabilidad de las boquillas y en la uniformidad del patrón de pulverización.

Solución de problemas de rendimiento del pulverizador

La identificación y resolución de problemas en el patrón de pulverización garantiza una eficacia química constante y el éxito de la aplicación.

Problema: Baja eficacia de los fungicidas a pesar de la cobertura

Causas potenciales:

  • El tamaño de las gotas es demasiado grande para el modo fungicida.
  • La presión del pulverizador es demasiado baja para la absorción de las hojas.
  • El momento de la aplicación no coincidía con la presión de la enfermedad.
  • Boquilla desgastada, produciendo patrones irregulares

Solución: Verifique las recomendaciones de la etiqueta sobre el tamaño de las gotas. Compruebe si hay irregularidades en el patrón de pulverización. Aumente ligeramente la presión (dentro del rango indicado en la etiqueta). Ajuste la sincronización con los picos de presión de la enfermedad. Reemplace las boquillas desgastadas.

Problema: Supervivencia de plagas en el follaje tratado

Causas potenciales:

  • Cobertura incompleta del envés de las hojas (las plagas se esconden debajo)
  • El interior de la cubierta no fue alcanzado por el rociador.
  • El tamaño de las gotas es demasiado grueso para la penetración.
  • La sincronización no coincidía con la actividad de alimentación de las plagas.

Solución: Utilice gotas más finas (80–130 μm) para una mejor penetración en la superficie. Realice múltiples pasadas desde diferentes ángulos. Elija boquillas de cono hueco o de abanico plano de ángulo estrecho para una mayor penetración. Aplique cuando la población de plagas sea mayor.

Problema: Deriva química excesiva fuera del objetivo

Causas potenciales:

  • Gotitas demasiado finas para las condiciones del viento
  • Altitud de vuelo demasiado alta
  • Presión demasiado alta, creando una atomización excesiva
  • Boquillas estándar en situaciones sensibles a la deriva

Solución: Utilice gotas más grandes (200–250 μm) o boquillas de IA para reducir la deriva. Disminuya la altitud de vuelo (1,8–2,4 metros). Reduzca la presión (dentro del rango indicado en la etiqueta). Aplique en condiciones de calma. Considere la tecnología de IA para aplicaciones sensibles a la deriva.

Problema: Obstrucción de la boquilla y fugas en el chorro

Causas potenciales:

  • Partículas en el tanque de pulverización
  • Depósitos minerales procedentes del agua dura
  • Sustancias químicas no completamente disueltas
  • Degradación del orificio relacionada con la edad

Solución: Utilice filtros de tanque de malla 100. Limpie el tanque de pulverización antes de cada uso. Utilice agua filtrada para las soluciones de pulverización. Enjuague las boquillas inmediatamente después de la aplicación. Reemplace las boquillas obstruidas en lugar de intentar limpiarlas a la fuerza (riesgo de dañarlas).

Preguntas frecuentes

¿Debo usar la misma boquilla para todos los fungicidas?

Los distintos tipos de fungicidas requieren tamaños de gota óptimos diferentes. Los fungicidas de contacto se benefician de gotas más finas (100-150 μm) para una cobertura máxima. Los sistémicos funcionan mejor con patrones de aplicación más amplios y gotas ligeramente más grandes (150-200 μm) para la absorción por la planta. Si se van a aplicar varios tipos de fungicidas, conviene elegir una boquilla intermedia que optimice la aplicación más importante. Otra opción es tener dos tipos de boquillas e intercambiarlas según la aplicación.

¿Qué tamaño de gota recomienda la etiqueta de mi pesticida?

Muchas etiquetas de plaguicidas especifican el tamaño de gota o el volumen de pulverización recomendado. Revise la etiqueta cuidadosamente: si recomienda "gotas medianas" o "100-150 μm", siga esas instrucciones. Si la etiqueta no lo especifica, siga las indicaciones de este artículo: los plaguicidas de contacto requieren gotas finas (80-130 μm), los plaguicidas sistémicos funcionan con gotas medianas (120-180 μm) y, en situaciones sensibles a la deriva, se necesitan gotas más grandes (200-350 μm).

¿Puedo utilizar boquillas para pesticidas para la aplicación de fungicidas?

Muchas boquillas para plaguicidas son compatibles con fungicidas, pero su optimización varía. Los fungicidas suelen funcionar mejor con ángulos de pulverización más amplios (110-120°), mientras que muchos insecticidas se benefician de patrones más concentrados. Si su explotación utiliza principalmente una clase de producto químico, optimice la aplicación para ese tipo de producto. En explotaciones que utilizan múltiples productos, conviene elegir boquillas que ofrezcan un equilibrio adecuado entre la aplicación de fungicidas y plaguicidas.

¿Con qué frecuencia debo reemplazar las boquillas de fungicida/pesticida?

Las boquillas de abanico plano y cono hueco de calidad tienen una vida útil de 80 a 120 horas de vuelo en condiciones normales. Reemplace las boquillas cuando el patrón de pulverización se vea visiblemente irregular, cuando el caudal disminuya más del 10 % en comparación con las boquillas nuevas o después de más de 100 horas de vuelo, incluso si el patrón aún se ve bien. La inspección mensual del patrón de pulverización ayuda a detectar el desgaste a tiempo.

¿Qué relación existe entre la presión del chorro y el tamaño de las gotas?

Una mayor presión produce gotas más pequeñas; una menor presión, gotas más grandes. La mayoría de las boquillas tienen un rango de presión óptimo (normalmente entre 40 y 80 PSI) donde producen gotas uniformes dentro de su tamaño nominal. Operar a presiones extremas produce gotas irregulares. Manténgase dentro del rango de presión nominal de su boquilla y ajuste la presión para obtener el tamaño de gota deseado.

¿Necesito boquillas diferentes para fungicidas biológicos y químicos?

Los fungicidas biológicos requieren menor presión (30-50 PSI) para evitar dañar los organismos vivos. Los fungicidas químicos toleran presiones estándar (40-80 PSI). Si aplica fungicidas biológicos con regularidad, considere usar boquillas específicas de baja presión para estas aplicaciones. Como alternativa, utilice sus boquillas estándar al límite inferior de su rango de presión al aplicar fungicidas biológicos.

Optimiza tu estrategia de protección de cultivos

La eficacia de los fungicidas y pesticidas comienza con la selección de la boquilla. Al ajustar el tamaño de gota, el patrón de pulverización y los parámetros de aplicación al modo de acción específico del ingrediente activo, se maximiza la eficacia biológica y el retorno de la inversión. Los especialistas de NozzlePro cuentan con amplia experiencia en la química de fungicidas y pesticidas, y pueden recomendar configuraciones de boquilla óptimas para su programa específico de protección de cultivos.

Experiencia en ingredientes activos

Comprendemos la química de los fungicidas y pesticidas. Nuestros especialistas adaptan las características de las boquillas a los modos de acción específicos de los ingredientes activos para lograr la máxima eficacia.

Cumplimiento de la etiqueta

Le ayudamos a garantizar que la selección de su boquilla cumpla con los requisitos de la EPA y las etiquetas químicas en cuanto a cobertura, tamaño de gota y parámetros de deriva.

Optimización del ROI

Una mejor aplicación de los productos químicos mediante pulverización mejora directamente su eficacia. Incluso pequeñas mejoras en la eficiencia de la aplicación se traducen en importantes ahorros operativos.

La protección precisa de los cultivos comienza con la boquilla adecuada.

Sus inversiones en fungicidas y pesticidas representan costos operativos significativos. La selección precisa de boquillas determina si estos productos químicos alcanzan una eficacia óptima o si su rendimiento es inferior al potencial. NozzlePro colabora con los agricultores para recomendar soluciones de boquillas que maximicen los resultados biológicos y económicos de su programa de protección de cultivos.